lunes, 3 de septiembre de 2007

Humor 2


Humor 1


Von Wernich contra Velasco


Para el cura genocida la mejor defensa es el ataque



El cura genocida, en una estrategia jurídica berreta, o quizá creyendo que aun conserva la impunidad que supo lucir, pidió ampliar su declaración, sólo para poder atacar a Luis Velasco, uno de los testigos claves de éste juicio. Von Wernich lo acusó de ser un agente de inteligencia, perteneciente al Ejército. Dijo que esto lo supo primero porque durante la dictadura vio a Velasco en una reunión con Camps (muerto) Rospide (muerto) y otra persona que no podría identificar, o sea, nada mucho más firme que su palabra y la de Etchecolatz que recientemente se lo confirmo en una charla en Marco Paz; y la verdad, no parece que la palabra de ninguno de estos dos asesinos sea demasiado valedera. Esto no es más que una vuelta de tuerca a la teoría de los dos demonios. Al afirmar que Velasco era “un doble agente”, el ex-capellán afirma que hubo dos bandos, que hubo una guerra, o por lo menos dos servicios de inteligencia, cosa que amplia un poco más en algunas cartas que circulan por la web. A la otra persona que ataca VW es a Emed, ex-agente de la policía y que declaró ante la Conadep que el cura fue parte directa de los asesinatos del grupo de los 7. Emed no podrá defenderse ya que murió en dudosas circunstancias. El que si salió a contestarle al reverendo fue el propio Velasco, quien en un momento dijo: “Aprovechando que el señor Von Wernich está presente, quisiera que el tribunal le pregunte dónde están...”, y entre sollozos nombró a sus compañeros desaparecidos: Gustavo Pérez Monçalves, Marcelino Pérez Roi, Jorge Andreani, Ricardo San Martín, Héctor Baratti, Ricardo Bonín, Néstor Bozzi, Humberto Fraccaroli. “Todos ellos fueron visitados por el sacerdote Von Wernich y están desaparecidos”, “que diga cuál fue el destino de Ana Libertad Baratti”, solicitó en referencia a una bebe nacida en cautiverio y que aun no ha recuperado su identidad. Los querellantes de Justicia Ya! la calificaron como “la típica estrategia de difamar testigos” y solicitaron que se busquen y presenten las listas con las personas que cumplieron tareas en las fuerzas armadas y represivas durante la última dictadura militar.


Juan Bonatto Seoane

Testimonios

Una reseña de todos los testimonios que brindaron los testigos
A partir de la segunda audiencia comenzaron a desfilar los testigos ante el Tribunal. El primero de ellos fue Héctor Ballent que dijo haber visto a Von Wernich durante su secuestro en Puesto Vasco. Ballent dijo: “un día llega un cura y se pone a charlar con nosotros... en un momento nos dice: ‘muchachos, por qué no hace una cosa, confiesen lo que saben, así no los torturan más’ le pedí que como hombre de la iglesia nos salve de las torturas. Ni me contestó y se fue”Ese mismo día también prestó declaración Juan Ramón Nazar director del diario “La Opinión” de Trenque Lauquen y que estuvo en cautiverio en COT I Martínez, Puesto Vasco y en Monte Grande y a quien Von Wernich le ofreció “ayuda espiritual” a cambio de colaboración. Otro dato que aportó Nazar fue la forma en que se manejaba VW por los centros clandestinos de detención “era como un habitué del lugar” dijo.Luego de este testigo fue el turno de Alberto Liberman, ex ministro de Obras Públicas boanerense, quien estuvo en COT I Martínez y Puesto Vasco, donde fue visitado por el cura además de torturado. Finalizó la jornada Martín Antonio Aberg Cobo, quien estuvo detenido en el Departamento de Policía de la Provincia de Buenos Aires, en otra dependencia de Capital Federal y el Departamento Central de la Policía Federal, donde estuvo junto a Jacobo Timerman.
En la tercera jornada declaró Julio Miralles, quien fuera Juez Federal, que aseguró que Christian Von Wernich “pedía colaborar para que no los torturen más” y que “quienes confesaban con el padre luego eran torturados por esas charlas” demostrando la relación entre el cura y los torturadores. Luego fue el turno de César y Carlos Miralles y la ex esposa de éste, Luisa Guillart Riat. Los Miralles contaron como vieron a un Cura durante su tiempo secuestrados, al que identificaron posteriormente como Von Wernich. Asimismo dijeron que el ex capellán se movía por los centros clandestinos “como uno más de la patota”.Julio Miralles abundó más en el papel del cura y dijo que les decía “tienen que colaborar para que no los torturen más, es en beneficio de Dios y de la patria”. Ramón Miralles no se presentó a declarar debido a su avanzada edad y su testimonio, incorporado por lectura, reafirmó que a VW se lo vió en COT I Martínez y Puesto Vasco.
En la cuarta audiencia llegó el turno de los Timerman, Héctor y Gustavo, hijos de Jacobo. El primero de ellos declaró que su padre pudo reconocer a Ramón Camps, a Jorge Bergés y al cura Von Wernich, de quien afirmó que “actuó como represor y torturador y no como cura”. “Von Wernich participó en las torturas de mi padre, estuvo presente en varios interrogatorios, cuando se le caía la venda podía verlo al lado de Camps”.Luego se refirió a la seguridad de los testigos y dijo que “los testigos somos potenciales víctimas porque hay personas que participaron de la dictadura militar y siguen estando en Seguridad y justicia” como ejemplo puso a Durrieu quien fuera subsecretario de Justicia en la dictadura y hoy es conjuez.En esta jornada también declaró Rafael Perrota Bengolea, hijo del director del “Cronista Comercial”. Perrota contó como le exigieron a su familia mucho dinero a cambo de la vida de su padre, que estaba secuestrado y era torturado en COT I Martínez y que luego de pagar una fuerte suma, nunca más fue visto.Los testimonios de ésta audiencia finalizaron con Alfredo Aubín, quien estuviera secuestrado en Puesto Vasco.
Para iniciar la quinta audiencia Juan Destéfano, declaró el jueves 19/7, donde expresó que entró y salió clandestinamente de las comisaría 22ª y 9ª de La Plata. Además manifestó haber estado en los centros COT I Martínez, Puesto Vasco y “el peor de los lugares”, según Destéfano, Arana, donde recibió “las peores torturas que un ser puede recibir”.El testigo reconoció que en Puesto Vasco los visitaba el cura Von Wernich, que era un partícipe más del grupo que torturaba. Así mismo declaró con angustia: “pasaron 30 años, ese fue el fallo de la democracia”. Al momento de las preguntas, el abogado del acusado se refirió a la clandestinidad y por qué se hacía hincapié en la misma, a lo que el testigo le contestó: “si a usted le vendan los ojos, le atan las manos y lo llevan de un lado a otro durante la noche, sin que nadie supiera nada de nada, y a su vez está detenido-desaparecido durante meses… ¿no es eso clandestinidad?, no sé entonces cómo se denomina eso”. Destéfano además reconoció a varios torturadores, entre ellos Norberto Cossani, Alberto Rousse, Eros Tarella, Milton Pretti, Miguel Osvaldo Etchecolatz y Jorge Bergés entre otros. De éste último afirmó “ese es un canalla, un criminal, ese es un ser despreciable. Ese nos revisaba el corazón y le explicaba al que daba máquina si podía dar mucha o poca... es lo peor que conocí junto con Etchecolatz”. También, y refiriéndose a los torturadores procesados, Destéfano dijo que “no tendrían que tener ningún beneficio, no son seres humanos, son genocidas que han hecho mucho daño”.Ese mismo día declaró Luis Guillermo Taub, quien pidió no ser televisado. El testigo estuvo en el Pozo de Quilmes y el Pozo de Banfield donde tenía que juntar los cuerpos de las criaturas (adolescentes) que amontonaban en los patios como si fueran basura.Cuando estuvo detenido en COT I Martínez contó un anécdota del 24 y 25 de diciembre, donde los dejaron sin comer durante un día (agrega que no era algo novedoso) con la excusa de prepararlos para la llegada de un invitado especial que resultó ser Christian Federico Von Wernich. Para recibirlo hicieron un asado y luego del agasajo visitó a todos los detenidos a cara descubierta, vestido informal pero con una cruz de plata colgando de su pecho. “Venía como un cura apoyando su tropa”, expresó Taub, y también manifestó que estaba presente durante el desprecio que hacían hacia los judíos como Jacobo Timerman. Agregó que Von Wernich visitó a todos los que estaban detenidos allí y les dijo “por algo estarán acá, algo habrán hecho para estar en un lugar como éste”. El Fiscal General Dulau Dumm solicitó la presencia del cura para que sea reconocido por el testigo, quien lo confirmó con seguridad.Se sumaron además los testimonios de Julio Daich, Juan Miguel Paino y Jorge Raúl Rodríguez, los cuales sumaron varios datos y precisiones sobre los centros clandestinos de detención.
En la sexta audiencia del juicio oral y público al cura Christian Von Wernich, que se está desarrollando en los juzgados federales de la ciudad de La Plata, declararon Silvia Fanjul, Lidia Brodsky de Graiver e Isidoro Graiver, los tres integrantes del grupo empresario Graiver, y que junto a otros miembros de ese grupo fueron secuestrados en marzo de 1977 y trasladados a diversos centros clandestinos de detención. Los testimonios de los sobrevivientes confirman lo que ya muchos testigos sostuvieron en el marco del juicio, en cuanto a las condiciones de detención, el de los grupos de tareas de la dictadura, y especialmente el hecho de que nadie que haya pasado por los centros clandestinos de detención “podía desconocer que ahí se torturaba gente”. En su paso por Puesto Vasco, el Pozo de Banfield, el Penal de Magdalena y otros centros de detención, los sobrevivientes se cruzaron con muchos otros detenidos. En el departamento central de la Policía Bonaerense, en el marco de uno de los traslados de que fue víctima, Silvia Fanjul confirmó haber visto a Jacobo Timerman. A su vez Isidoro Graiver certificó que en las sesiones de tortura que sufrió se veían agravadas por su condición de judío, pero los mismos torturadores le dijeron que “no tanto como Timerman”, de quien, por otra parte, supo que “mencionó haber sido visitado por un sacerdote”.Los testimonios también confirmaron algunos de los nombres de los represores que formaban parte de los centros clandestinos de detención mencionados, como Norberto Cozzani, Darío Rojas, Tobiano Fernández y Alberto Rousse, entre otros. Isidoro Graiver aportó un ejemplo de las torturas y vejaciones a las que eran sometidos los detenidos, al mencionar que, cuando lo llevaron al Penal de Magdalena en pleno invierno, el oficial a cargo, Tobiano Fernández, lo sacó y lo hizo bañar con agua helada, y que lo hacía en esas condiciones “para ver el pito de un judío”.
En la continuidad de los testimonios por el Caso Timerman, en la séptima audiencia declararon Osvaldo Papaleo, ex secretario de prensa del gobierno de Isabel Perón; Rodolfo José Iaccarino, un empresario del campo; y a propuesta de la querella unificada de Justicia Ya! La Plata , se agregó el testimonio de Vicente Romero, periodista y columnista sobre América del Sur para el diario “El Pueblo” de Madrid durante los años ‘70. Osvaldo Papaleo, el empresario y ex funcionario del gobierno de Isabel Perón, afirmó que “Von Wernich siempre dio muestras de conocer bien lo que habíamos declarado antes bajo torturas”. “Era evidente que el cura era un interrogador, un agente de inteligencia que tenía un rol específico y que formaba parte de lo que yo llamo ‘cuerpo colegiado de la tortura’, en el que cada uno de los represores cumplía su rol”, explicó.A su vez el testigo confirmó que Jacobo Timerman fue interrogado bajo torturas en reiteradas oportunidades, que era encerrado en una “cucha” enrejada, y que era víctima particular de antisemitismo por su condición de judío. Quienes lo torturaban, dijo, era gente “relacionada con la revista Cabildo, porque cada vez que venía tenía un ejemplar de la publicación”.Otro elemento de importancia en la declaración de Papaleo, es la acusación directa a la Revista Somos y a la Editorial Atlántida de la familia Vigil como colaboradores de la dictadura militar. El testigo manifestó haber leído declaraciones de su hermana Lidia Papaleo en la revista Somos, al momento de estar ella secuestrada (abril de 1977). El hecho provocó que Osvaldo Papaleo enviara un telegrama a la Editorial Atlántida solicitando que se rectifique, y esa misma noche fue detenido por el Ejército y llevado a Puesto Vasco. Sobre el hecho, Papaleo manifestó que Darío Rojas (uno de los responsables de las torturas en Puesto Vasco) le dijo “tu problema empezó cuando mandaste este telegrama”, el mismo que él había enviado a la editorial Atlántida y que en ese momento el represor tenía en su mano. Rodolfo Iaccarino es empresario del campo, y en noviembre de 1976 fue detenido junto a integrantes de su familia en Santiago del Estero. Una vez trasladado a la sede Avellaneda de la Brigada de Lanús de la Policía Bonaerense, y como parte de las operaciones cotidianas de las fuerzas represivas, lo obligaron a firmar unos papeles donde entregaban varias de sus propiedades, las que hasta el día de hoy no recuperaron. “Todo fue una maniobra para desapoderarnos de los bienes”, confirmó Iaccarino, quien además mencionó que en la Brigada con sede en Avellaneda estuvo durante esos días de 1976 el Juez Federal Leopoldo Russo y su secretaria, la Doctora Beatriz Aparicio. A ambos les manifestó que previamente él y sus hermanos habían sido llevados clandestinamente a otro lugar donde fueron torturados, sin que tomaran ninguna medida. La Dra. Aparicio siguió su carrera judicial llegando a ser juez del TOF 1, el mismo tribunal que hoy está juzgando a Von Wernich, y se jubiló hace pocos años. Dictadura, Iglesia y EmpresasEl último de los testimonios del día jueves estuvo a cargo de Vicente Romero, periodista español, quien durante los años ‘70 se desempeñaba como columnista sobre América del Sur en el diario “El Pueblo” de Madrid. El testigo fue presentado por Justicia Ya! La Plata, y en su declaración informó que en el año 1983 le realizó una entrevista al genocida General Ramón Camps, quien le mostró personalmente un informe de 80 o 90 páginas (que sacó en ese momento de una caja fuerte) en el que constaban cifras y datos muy precisos sobre cadáveres encontrados, muertes producidas en enfrentamiento, eliminación de detenidos y enterramientos de NN. En el informe, que según el propio Camps fue remitido desde la Nunciatura Apostólica de Buenos Aires al Vaticano para conocimiento del Papa, se hablaba de unos 5000 muertos durante la represión, de 1858 cuerpos NN enterrados en diferentes lugares, e incluso las localidades donde se produjeron esos entierros. Agregó Romero que en aquella entrevista se habló de la estrecha relación existente entre la Dictadura y la Iglesia Católica. Camps hablaba de Von Wernich como “estrecho colaborador y amigo suyo, como su apoyo moral, quien era fundamental para poder tener la ‘conciencia tranquila’”. Y justificaba todas las atrocidades cometidas por la Dictadura, con el argumento de la salvación de los principios “occidentales y cristianos”. Y como otro de los aportes importantes a la causa, Romero mencionó que con Camps conversaron sobre la colaboración de civiles y de los aportes económicos a los intereses de la Junta Militar. “La justicia argentina aún no ha entrado en averiguaciones de empresas o entidades civiles y económicas en sociedad con los militares, como así también el rol de las grandes empresas ya constituidas en el país, como la Ford, la Mercedes Benz, etc., empresas que hoy se lavan la cara organizando organismos de derechos humanos pero que en otra época colaboraron con la Dictadura”, sentenció.
La octava audiencia (1ª luego de la feria judicia) contó con el testimonio de Fernando Schell. “Pese a las torturas, los golpes, y las picanas, la peor tortura la sufrí de parte de este señor -en alusión a Von Wernich-, la tortura moral”, sostuvo Schell. “Lo recuerdo y aún me duele que un sacerdote haga estas cosas”, declaró el testigo y agregó: “No era un cura, era un hijo de puta”. “En una oportunidad le dije que era un cura con jinetas, un hijo de puta, que bendice armas para que otros maten y que no era él quien debía juzgarme, sino su Jefe, por Dios, si es que lo tenía; y le aseguré que si después me torturaban no me importaba”, declaró ayer Schell. “Después, sin decir palabra, Von Wernich se levantó. Nunca más lo vi y a los doce días me liberaron”. “Diez días antes de mi liberación, en febrero de 1978 -explicó-, nos piden que no tengamos nada ‘despelotado’ en el calabozo porque venía ‘El Cuervo’ y me dicen: ‘Vení, alemán, que hoy te toca a vos’, y me llevan a otro lugar, me sientan en una mesa y aparece este señor (por Von Wernich) con un asistente que le cebaba mate. ‘El Cuervo’ le preguntó frente a una mesa: ‘¿Por qué estás acá?’. Y yo le dije: ‘Por pelotudo'”. “No me cabe ninguna duda”, le respondió el cura, que a partir de entonces se sentó, mesa mediante, para mantener un diálogo extenso, en un contexto que subraya la situación del interrogatorio. “‘¿Qué cagada hiciste, andabas poniendo bombas?’, me preguntó. ‘Yo hacía política de base, soy militante de barrio’, le dije yo. Y él me respondió: ‘Vos hacías las cosas mal’.” En esa ocasión, el cura le preguntó por sus orígenes: “Y yo le dije que venía de una familia profundamente católica, un tío de papá era obispo”. “Obispo de qué iglesia”, preguntó el ex capellán. Y preguntó de qué iglesia venía él, quién era el cura. “Quiso sonsacarme cosas, quiénes son tus amigos, preguntaba. En un momento dado me dice: ‘¿Vos estás de novio?’.’Sí, le dije’. Y entonces me dice: ‘Cagaste, ahora te van a cerrar la puerta en la cara’.” Le dijo también que sucedería lo mismo con la familia de esa chica, con sus vecinos, que “si lograba salir, me iban a rechazar”. Detrás de Schell declaró Juan Carlos Guarino, un ingeniero electrónico al que lo interrogaban sobre interferencias en las transmisiones de televisión, preocupados por el Mundial de 1978. Declaró que “buscaban armar un equipo para neutralizar interferencias en las transmisiones televisivas”. El ex secuestrado mencionó que estuvo con otros dos ingenieros electrónicos y que siempre los trasladaban juntos. Recordó que 62 estudiantes de ingeniería de la Universidad de La Plata todavía siguen desaparecidos. También lo hicieron Norma Esther Leanza y Alcides Antonio Chiesa, un director de cine que hace tres años volvió al país.
En la novena audiencia declaró Ricardo Victorino Molina, padre de María Mercedes Molina Galarza, nacida en cautiverio y cuya madre es Liliana Galarza una del denominado “Grupo de los 7” y cuyo asesinato pesa sobre Von Wernich. Lo detienen en el 76 y luego es liberado aunque queda con la vigilada hasta el 81 año en que se exilia. Mientras estuvo en la Cacha un sacerdote les entregó unas medallitas de la Virgen de Luján. Luego María Mercedes Molina Galarza, que nació y fue bautizada por el cura Christian Von Wernich en cautiverio, afirmó que el cura sabe lo que pasó con su madre, Liliana Galarza y donde está su cuerpo. La mujer, de 30 años, se refirió así al destino de los denominados “grupo de los 7”, jóvenes secuestrados que gozaban de un régimen más flexible de cautiverio supuestamente por prestar cierta colaboración a sus captores, quienes los engañaron prometiéndoles sacarlos del país. “Von Wernich reconoce que acompañó a los siete (hasta su supuesta salida del país). Yo sé que sabe cuál fue el destino final del grupo pero sin embargo hoy en día sigue sin decirnos qué pasó con ellos. El sabe dónde están sus cuerpos y esto para nosotros es muy duro”. La mujer nació estando su madre, Liliana Galarza, cautiva en la Brigada de Investigaciones de La Plata y fue bautizada por el cura Cristian Von Wernich. “El les decía que lo más conveniente para la seguridad de mi mamá era que ellos no pidieran un hábeas corpus, que no la buscaran, que no le contaran nada a nadie, que esperaran aproximadamente un año, porque ella iba a buscar la manera de comunicarse desde el exterior, donde supuestamente estaba y que si no lo hacía siguieran esperando”, Otra de las declaraciones de ayer giró en torno de la desaparición de los hermanos Mainer, integrantes del grupo que fue engañado con la promesa de salir del país. Su madre, Matilde Gómez de Mainer, contó cómo fue “bombardeada” la casa de Villa Luro en la que vivían y cómo se llevaron a sus familiares a Campo de Mayo. Es secuestrada en la casa donde cayó Victoria Walsh, entre otros. La hija de Viky y una de las hijas de la señora de Mainer logran escapar de ese ataque y se refugian en lo casa de unos familiares de los Mainer. ¡Me torturaron, simulaban gatillar un revólver y decían que les iban a hacer cosas terribles a mis hijos”, se conmovió. Declararon además dos de sus hijas, Marta y María de los Milagros, quienes cuentan como María Magdalena les había presentado a VW como su confesor. A ella la vieron una vez en las dependencias de calle 55 e/ 13 y 14 y en 55 e/ 7 y 8 otra vez. allí lo ven a VW además de al resto del grupo de los 7.
En la décima audiencia del juicio contra el ex capellán de la Policía Bonaerense Christian Von Wernich, la periodista Mona Moncalvillo afirmó que, “lo que no se conseguía con la tortura lo conseguía luego Von Wernich con el amiguismo”. Moncalvillo, cuyo hermano Domingo fue asesinado por la última dictadura militar, afirmó hoy que el ex capellán “fue manchado con sangre” de las víctimas “y luego felicitó a los ejecutores”. “Von Wernich es un personaje siniestro, y mucho más pensando que es un hombre de la Iglesia”, la periodista mencionó al cura como supuesto partícipe de los homicidios de su hermano y otros seis jóvenes que estaban secuestrados y a los que prometieron enviarlos al exilio, pero en el camino al aeropuerto de Ezeiza para abordar un avión los asesinaron a tiros. Luego de las palabras de Moncalvillo llegó el turno de Adriana Idiart, hermana de Cecilia, que integraba el mismo grupo de jóvenes secuestrados. La mujer acusó al ex capellán policial de pedirle dinero para sacar del país a su familiar. “El cura pidió dinero a mi madre para sacar a Cecilia del país y al acercarse la fecha del viaje pidió que le entregáramos ropa”, declaró Idiart en la audiencia, la décima desde que se inició el proceso.
En la undécima audiencia Fernández Meijide también acusó al cura, y declaró que Von Wernich participaba del sistema de detención clandestina y torturas y mencionó un testimonio que involucra al sacerdote en la secuencia posterior al fusilamiento de tres jóvenes. Meijide aportó su testimonio como ex integrante de la Conadep. Ese organismo tomó declaraciones para determinar el funcionamiento de la represión ilegal. Antes de su declaración, el tribunal habilitó la lectura de la confesión del policía Julio Emmed ante el organismo. Uno de los párrafos señala que Von Wernich calificaba de “acto patriótico” la ejecución de “subversivos”. El pronunciamiento en esos términos del religioso, fue luego de un operativo ilegal donde fueron asesinados tres jóvenes. El suboficial atribuyó al cura una oración: “Dios sabe que lo que se está haciendo es por el bien del país”. Emmed había participado del traslado de Domingo Moncalvillo, María del Carmen Morettini y Cecilia Luján Idiart hasta un descampado en Brandsen. Ahí fueron acribillados. Al regreso, Emmed se inquietó porque sus ropas estaban manchadas con sangre, Von Wernich quiso tranquilizar la conciencia del homicida diciendo: “La sangre derramada, por los jóvenes, está bendecida por Dios”. Declaró además Susana Aguad quien explicó cómo funcionaba la Conadep y su encuentro con Julio Emmed, el oficial que participó de los dos operativos en los que se asesinó a los integrantes del “Grupo de los 7”. El último testigo fue Héctor Daniel Rossi, quien declaró que durante una misa que ofició el sacerdote en la ciudad de 9 de Julio aseguró que en la parroquia había montoneros, en alusión a un joven que luego fue secuestrado y desaparecido. “Un día, durante una misa, Von Wernich dijo que en la parroquia había montoneros” relató ante el tribunal Rossi, que en 1975 era estudiante de Medicina junto a Eduardo Lugones, secuestrado por la dictadura y hasta hoy desaparecido. Rossi explicó al Tribunal que el sacerdote pronunció la frase “cuando entramos con Eduardo a la parroquia y lo divisó entre los fieles”.
En la audiencia nº 12, Carlos Zaidman, quien estuvo detenido ilegalmente en la Brigada de Investigaciones de La Plata, afirmó que el ex capellán de la Policía Bonaerense le pidió a una pareja secuestrada que “colaborara”. Según relató, escuchó al ex capellán dialogar con un matrimonio secuestrado, al que le pedía colaboración con los represores. “Les pedía que colaboren, que si lo hacían les iba a ir mejor. Les decía ‘si ustedes quieren salir de acá colaboren’”, “Nos consta por declaraciones de compaeros sobrevivientes que no sólo participó tratando de sacar declaraciones a los detenidos, sino que también participó en sesiones de torturas y secuestros”, sostuvo Zaidman. En su relato describió el tratamiento antisemita que recibió por parte de sus captores. Además de los constantes insultos, como “judío de mierda”, en una de las tres sesiones de tortura lo obligaron a decir que era “un cerdo judío”. Zaidman escuchó en varias oportunidades “ahí viene el padre”. Entonces, los represores se preparaban “porque venía alguien que tenía cierto mando, que no era tratado como uno más, se le rendía cierta pleitesía”, y lamentó que muchos guardias partícipes de esos hechos no se encuentren también como acusados en el juicio. El segundo testigo fue José María Llantada, secuestrado con Eduardo Kirilovsky, junto al cual tuvo charlas con el ex capellán. En el final de su detención tuvieron visitas de “gente de inteligencia y en un par de ocasiones se presentó un sacerdote”. Él les había pedido que se sacaran la venda, pero por miedo a que sea “un milico” no le hicieron caso. “Lo que menos se imaginaba uno era a un sacerdote en ese lugar”, explicó Llantada. Kirilovsky, contó que existía “una frase marcada: el que ve, pierde”. Por ese motivo durante los tormentos en los que le aplicaron picana en los testículos, las encías y la cabeza, cuando se le caía la venda jamás abría los ojos. Las charlas con Von Wernich eran sobre generalidades, no hablaban de política, sino que se parecían a las de “un sacerdote con un feligrés”, aseguró Kirilovsky. Esos encuentros se realizaban con los ojos vendados y las manos atadas adelante, por lo que “no había equívoco en absoluto” sobre el conocimiento de las condiciones de detención. Ellos le pidieron al cura que informe a sus familias cómo estaban: “Le dimos números de teléfono y dirección. El decía que sí, que los iba a contactar, pero nunca avisó”. Declararon también María Cristina Bustamante, Analía Maffeo, Jorge Gilbert y Liliana Zambano. Todos contaron como VW los acnsejaba: “Piensen en los chicos, colaboren”. Todos habían sido secuestrados a mediados de 1977, detenidos en la Brigada de Investigaciones de La Plata y torturados dentro de lo que se conoció como “el circuito Camps”. Durante su cautiverio mantuvieron o escucharon conversaciones con el cura que pedía colaboración a cambio de su libertad. “¿Aprendieron la lección?”, les decía después de que fueran picaneados. “Piensen en los chicos, colaboren, digan todo”, le recomendaba a un matrimonio. “¿Tienen claro qué tienen que hacer cuando salgan?”, preguntaba. Cristina Bustamante le preguntó al Tribunal: “¿Hay alguna forma de que no tengamos que volver a relatar y abrir nuestro corazón? Porque para nosotros es muy difícil”.
La decimotercera audiencia empezó de manera inusual, ya que Von Wernich solicitó declarar (ver nota pág. 7), seguramente motivado por el testimonio de Luis Velasco, que escuchó decir a Von Wernich: “Hijo mío, la vida de los hombres la decide Dios y tu colaboración”; “los hijos deben pagar la culpa de los padres” y “ustedes no tienen que odiar cuando los torturan”. Velasco vió a Von Wernich: “Iba a la celda a hablar de lo que los prisioneros quisieran”. “Jamás lo vi repartir ningún sacramento”, “entraba sin custodia y, contra lo habitual, les hacía quitar la venda a los detenidos. No le pudo ver el rostro a ningún otro carcelero”. Cuando estuvo en la Brigada de Investigaciones de La Plata “Me dijo ‘sacate la remera’. Me tocó los pelitos del pecho y me empezó a hacer bromas porque me los habían quemado en la tortura” y en la comisaría quinta, Velasco escuchó un nuevo sermón de Von Wernich, “Ustedes no tienen que odiar cuando los torturan”. Von Wernich presencio la primera y esta última audiencia, pero solo cuando declaraba Velasco, cuando finalizó el mismo se retiró y no escuchó los otros dos testimonios de Blanca Noemí Rossini y Adriana Archenti.
En la audiencia nº 14 dio su testimonio Osvaldo Lovazzano, quien contó que vio en tres oportunidades al ex capellán, quien “recomendaba cómo aliviar los dolores de la tortura”. “Como insistía que me dolían los oídos, me trajo un frasco de gotas, y me dijo que era por los golpes que me habían dado. A otro detenido, que estaba muy dolorido, le dijo que, por la picana, los músculos se contraían por el paso de la corriente eléctrica y le aconsejó que se quedara quieto y el dolor se le iba ir”. “La tercera vez que lo vi, Von Wernich estaba junto a siete jóvenes que se desplazaban por la Brigada con total libertad”, dijo hablando en referencia al denominado “grupo de los siete”, que eran detenidos. Continuó Angel Zacarías Moutoukias, quien aseguró que Von Wernich le dijo a un torturador que lo “pasara de nuevo” por picana eléctrica. El testigo destacó que el religioso utilizaba el término “maquina” en alusión a la picana. Moutoukias afirmó además que Von Wernich le sugirió a un guardia que lo torture antes del ser liberado, para que no olvidara. Y destacó que el cura hizo ese pedido al torturador momentos antes de su liberación, cuando se estaba lavando junto a otro ex detenido, Jorge Gilbert, para quien sugirió lo mismo. El declarante dijo que debió atravesar esta situación cuando fue secuestrado y llevado a la Brigada de Investigaciones de La Plata, en 1977.

Recogieron los testimonios: Lucas Ibarlucía, Estefania Arana, Sebastián Lavandera, Tania Heit, Laura Fernández Peredo, Juan Bonatto Seoane. También apelamos a los comunicados informativos de Justicia Ya!

Derechos Humanos vs. Represión en democracia


El aparato represivo sigue impune. Puede observarse tanto a nivel de los ataques recibidos por distintos organismos como por la manera de actuar, por ejemplo de la Policía Federal o Bonaerense. Día tras día podemos enterarnos de casos de gatillo fácil y de las torturas perpetradas desde estas instituciones. Las denuncias se acumulan pero se resuelve poco. Parece que la Justicia se olvida de estos hechos, y desde el Estado se habla de la lucha que se lleva por la defensa de los Derechos Humanos. En 2006 se llevó a cabo el primer juicio caratulado como genocidio, el acusado y posteriormente condenado: Miguel Etchecolatz. Jorge Julio López, testigo esencial en la causa, terminó desaparecido. La solución del Estado: pegar afiches con la cara del hombre secuestrado y la recompensa por quien pueda aportar datos, siendo hoy una suma de un millón de pesos. Como si de esta forma ya hubiera cumplido con las exigencias de las organizaciones de Derechos Humanos. Por otro lado, desde el Estado también se propone la utilización de custodia policial para la protección de los testigos. Pero cómo garantizar esa protección si desde la Policía se vienen dando actos en contra de las personas. La represión sufrida en numerosas manifestaciones deja en claro la impunidad con que se maneja este aparato. La muerte de Darío Santillán y de Maximiliano Kosteki, así como la de Carlos Fuentealba. Ambas en manos de policías, como también las denuncias de más de dos mil casos de gatillo fácil. Ésa es la protección que brinda el Estado.

La impunidad queda expresada en los puestos que siguen ocupando personas que estaban en la Policía desde la última dictadura. De esta forma se siguen perpetrando actos de tortura en las cárceles de diferentes puntos de la Argentina. Por otro lado, es notable el crecimiento de un grupo de ultraderecha que defiende las actuaciones llevadas a cabo durante el gobierno de facto, que además apoya en la actualidad la utilización de la fuerza coercitiva por parte de los miembros de cuerpos policiales.Y los hechos se suman, y no hay forma de garantizar que no se produzcan actos de violencia por parte de las fuerzas policiales. El desmantelamiento aún no se ha producido. Mientras tanto Arslanián se jacta de haber dado de baja a un gran número de efectivos, cuando la realidad es que si bien dejan de trabajar en el organismo policial, no son sometidos a juicios por los hechos que los han llevado a dejar su puesto. A su vez, desde las agrupaciones que luchan por el esclarecimiento de las violaciones producidas desde la Policía, denuncian que más de 1.500 efectivos continúan en su puesto desde el Proceso de Reorganización Nacional.

La única forma de proteger a las personas es juzgando de manera efectiva a quienes participan en actos que violan los derechos del hombre, y garantizando que no se produzca el uso de la fuerza, ya que esta produce más violencia, y la violencia no arregla ni esclarece los hechos, sino que aumenta el daño en las personas que se ven damnificadas en esos actos. Como ciudadanos de la Argentina es un deber exigir que se aclaren los casos de violaciones perpetrados tanto en la dictadura, como en los gobiernos “democráticos”, desde las fuerzas policiales. Es el modo de concientizar a las personas de que no puede haber un desaparecido, como es el caso de López, y como muchos casos más, porque de esta forma no podemos hablar de un estado real de democracia en el país.


Florencia Marinetti

viernes, 31 de agosto de 2007

COMO EL TERO


A días de cumplirse el primer aniversario de la desaparición de Julio López, el gobierno de Kirchner no ha hecho nada para velar por la integridad de los testigos de las causas contra los represores.
Si bien el gobierno cuenta con una ley de protección de testigos, la 25.764 y que además, cuenta con un programa de protección, llamado Verdad y Justicia, éstos en la práctica no existen. Hasta tal punto es así que el propio titular del programa Verdad y Justicia, Marcelo Saín reconoció que el espacio que el dirige “No cuenta con fondos” necesarios para llevar adelante su actividad. “Mi oficina está en Ezeiza, en la sede de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Por el momento no tengo personal ni estructura, pero según me ha dicho el doctor Carlos Zannini, está a punto de salir. Por ahora puse parte de la PSA para este tema”.
En la actualidad, el programa que está en vigencia fue pensado para la protección de testigos en casos vinculados al narcotráfico y fue extendido a los protagonistas de los procesos por violaciones a los derechos humanos. Pero, quedó demostrado que no sirve para proteger. Porque el principal enemigo para la integridad de los testigos, sigue siendo el propio estado, a través de la policía, las fuerzas armadas, la SIDE, o mediante la inacción gubernamental.
En tanto, se avanza en el juzgamiento de Von Wernich, las denuncias de testigos sobre amenazas se acumulan. Tras la difusión de las intimidaciones recibidas por el presidente del tribunal que juzgó a Etchecolatz, Carlos Rozanski, algunos testigos que debieron declarar en ese juicio recordaron que durante el mismo ellos también recibieron amenazas. De hecho, el día que comenzaba el juicio contra Etchecolatz también había sido intimidado un miembro de la agrupación HIJOS.Una testigo del caso Von Wernich cuestionó la manera irregular que tenía de custodiarla el policía que le habían asignado: a veces estaba en su lugar de vigilancia, otras no; en ocasiones dormía adentro del auto que le asignaron o llevaba visitas al vehículo.
Nilda Eloy, querellante en la causa contra Miguel Etchecolatz, sufrió numerosas intimidaciones “Desde que empezó el juicio estamos recibiendo amenazas”, había dicho a un medio local. Eloy recibió tres llamados telefónicos en los que se escuchaban “simulacros de sesiones de tortura”. La primera presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel “Chicha” de Mariani, también recibió amenazas durante el juicio. Fueron dos cartas llegadas a su casa, una firmada por “El Miedo”. La otra decía “si condenan a Etchecolatz volamos la casa de los Montoneros”, en referencia a la casa en la que fueron secuestradas víctimas del ex jefe director de Investigaciones de la Bonaerense, entre ellas Clara Anahí, la nieta de Chicha que hoy tiene 31 años y aún es buscada.También recibieron unos extraños llamados telefónicos algunos abogados vinculados a las partes querellantes y hace un par de meses fue secuestrado el hijo de dos militantes populares de solo ocho años y también Felisa Marilaff, ex detenida-desaparecida, que ya estaba bajo la supuesta protección del Estado.
Hoy el 95 % de los represores siguen impunes. Hasta el propio gobernador bonaerense Felipe Solá reconoció que dentro de la policía bonaerense hay más de seis mil efectivos que cumplían funciones durante la última dictadura militar. Entonces, no es de extrañar las numerosas intimidaciones que sufren los testigos. Porque desde el retorno de la pretendida democracia, sólo se juzgaron a un par de “cabezas”, pero el aparato represivo sigue intacto y dan vueltas por la ciudad en patrullero y asesinando a jóvenes. Desde que asumió Kirchner son más de 650 los asesinados por el gatillo fácil.
En tanto, el gobierno “de los derechos humanos” de Kirchner, no ha hecho nada para cambiar esta situación, pese a tener todo el poder del Estado para hacerlo, llegando incluso al punto de la burla, al crear un programa de protección de testigos que ¡no tiene fondos!
Es por ello que desde el organismo Justicia Ya! Se pelea por el desmantelamiento del aparato represivo ya que no puede haber ni ley, ni programa de protección de testigos que sirva si no se separan de las fuerzas armadas y de la policía a todos aquellos que desempeñaron funciones en la dictadura. Porque la policía de hoy es la misma policía que secuestraba, torturaba y hacía desaparecer a miles de personas. Por eso, son muchos ya los testigos que se niegan -y con razón- a recibir la custodia de esta policía asesina.
Los organismos de derechos humanos tienen listas en donde figuran los nombres, cargo que ocupaban y que ocupan los policías que estuvieron vinculados a la triple A y a los grupos de tareas. La nómina trepa a más de nueve mil. Si el “gobierno de los derechos humanos, hijo de las madres de Plaza de Mayo” realmente quisiera “acabar con la impunidad” como se jacta para la tribuna, tiene todos los medios para hacerlo. De lo contrario, como viene haciendo, pone el grito en un lado, y los huevos en otro.

Roberto Cambre

miércoles, 8 de agosto de 2007

Reinicio de Audiencias

Desde el lunes 6 de agosto se retomaron las audiencias del juicio al cura represor Von Wernich. Para el jueves 8 está previsto que declaren: Galarza, Fernando y Juan; Gómez, Lucy; Mainer, María de los Milagros y Mainer, Maricel Marta; Molina, Maria de las Mercedes y Ricardo Victoriano y finalmente Stagnaro, Dora. Cabe destacar que varios de ellos víctimas directas de Von Wernich en los centros de detención de la dictadura.

jueves, 2 de agosto de 2007

Feria Judicial

Las audiencias del juicio oral y público contra Christian Federico Von Wernich se encuentran suspendidas por la Feria Judicial hasta el 6 de agosto, día en que se reiniciarán con una nueva ronda de testigos.
Recordamos que el juicio tiene características de "oral y público", por lo cual quien quiera presenciarlo puede hacerlo. Sólo debe presentarse en la sala los días de audiencia (lunes y jueves) antes de las 10 de la mañana que es la hora de inicio de las sesiones, con DNI y mientras no esté colmada la capacidad de la sala podrá ingresar. Salvo claro está que tenga prohibida la entrada, como es el caso de Cecilia Pando a la cual el Presidente del Tribunal, Rosanzky, no le permite ingresar desde que produjera un altercado dentro del salón, agraviando a las Madres de Plaza de Mayo que se encontraban presenciando una audiencia.

Robos, sañas y complicidades

Continúa en La Plata el juicio al cura represor Von Wernich, que está acusado por su participación en 7 homicidios, 31 torturas y 42 privaciones ilegales de la libertad, delitos cometidos en seis campos de concentración del denominado "Circuito Camps": Arana, la Brigada de Investigaciones y la Comisaría 5º, todos del partido de La Plata, así como "Puesto Vasco" (en Bernal), el "Pozo de Quilmes" y el COT 1 de Martínez.


Los testigos que declararon hasta ahora han confirmado el desempeño de Von Wernich en la represión, que éste los visitaba e intentaba sacarles información, que tenía relación con las familias de los detenidos-desaparecidos y que no le era ajena la situación de que se vivía: que existía la tortura, las vejaciones, los asesinatos.
Los testimonios también confirmaron algunos de los nombres de los represores que formaban parte de los centros clandestinos de detención mencionados, como Norberto Cozzani, Darío Rojas, Tobiano Fernández y Rousse, entre otros.
En la declaración de Silvia Banjul, Isdoro Graiver y Lidia Brodsky de Graiver, todos pertenecientes al grupo económico Graiver, y que compartieron el cautiverio con Jacobo Timerman, quedó claro el ensañamiento especial con ellos por ser judíos.
Osvaldo Papaleo, que también declaró por el caso Timerman, dijo además que: “Von Wernich siempre dio muestras de conocer bien lo que habíamos declarado antes bajo torturas”. “Era evidente que el cura era un interrogador, un agente de inteligencia que tenía un rol específico y que formaba parte de lo que yo llamo ‘cuerpo colegiado de la tortura’, en el que cada uno de los represores cumplía su rol”,
Otro elemento de importancia en la declaración de Papaleo, es la acusación directa a la Revista Somos y a la Editorial Atlántida de la familia Vigil como colaboradores de la dictadura militar. El testigo manifestó haber leído declaraciones de su hermana Lidia Papaleo en la revista Somos, al momento de estar ella secuestrada (abril de 1977). El hecho provocó que Osvaldo Papaleo enviara un telegrama a la Editorial Atlántida solicitando que se rectifique, y esa misma noche fue detenido por el Ejército y llevado a Puesto Vasco. Sobre el hecho, Papaleo manifestó que Darío Rojas (uno de los responsables de las torturas en Puesto Vasco) le dijo “tu problema empezó cuando mandaste este telegrama”, el mismo que él había enviado a la editorial Atlántida y que en ese momento el represor tenía en su mano.
Un testimonio importante fue el de Rodolfo Iacarino, empresario del campo de Santiago del Estero al que detuvieron con toda su familia con el objetivo de despojarlos de todos los bienes, que hasta hoy no han recuperado. Iacarino contó que una vez trasladado a la sede Avellaneda de la Brigada de Lanús de la Policía Bonaerense, y como parte de las operaciones cotidianas de las fuerzas represivas, lo obligaron a firmar unos papeles donde entregaban varias de sus propiedades, las que hasta el día de hoy no recuperaron. “Todo fue una maniobra para desapoderarnos de los bienes”, confirmó Iacarino, quien además mencionó que en la Brigada con sede en Avellaneda estuvo durante esos días de 1976 el Juez Federal Leopoldo Russo y su secretaria, la Doctora Aparicio.
Como si todo esto fuera poco, el periodista español Vicente Romero, reveló que en 1983 le realizó una entrevista al General Ramón Camps quien le mostró un informe con cifras y datos muy precisos sobre cadáveres encontrados, muertes producidas en enfrentamiento, eliminación de detenidos y enterramientos de nn. Infore que según el propio Camps, fue entregado al Vaticano por nuncio apostólico en nuestro país.
Según dijo Romero Camps hablaba de Von Wernich como “estrecho colaborador y amigo suyo, como su apoyo moral, quien era fundamental para poder tener la ‘conciencia tranquila’”. Y justificaba todas las atrocidades cometidas por la Dictadura, con el argumento de la salvación de los principios “occidentales y cristianos”. Otro tema sobre el que hablaron con Camps fue sobre la colaboración de civiles y de los aportes económicos a los intereses de la Junta Militar: “La justicia argentina aún no ha entrado en averiguaciones de empresas o entidades civiles y económicas en sociedad con los militares, como así también el rol de las grandes empresas ya constituidas en el país, como la Ford, la Mercedes Benz, etc., empresas que hoy se lavan la cara organizando organismos de derechos humanos pero que en otra época colaboraron con la Dictadura”.
Desde el CADHU y como integrantes de Justicia Ya! La Plata vemos la necesidad de aclarar que si bien todo lo que se avanza con este juicio es muy importante, siguen sin ser los juicios que queremos. Exigimos que se juzgue por Centro de Detención o por Circuito Represivo a TODOS los represores que lo integraron, y no a cada represor individualmente y haciendo una sumatoria de casos, sino en el contexto de un genocidio, lo que permitiría acelerar los tiempos, evitar que las víctimas pasen una y otra vez a relatar las mismas y terribles experiencias y, fundamentalmente, conseguir el castigo a todos los genocidas por todos los compañeros.

Juan Bonatto Seoane. CADHU La Plata, integrante de Justicia Ya!

Recuerdos del horror

Los declarantes que han pasado hasta el momento desde el inicio del juicio a Von Wernich, coinciden en las palabras que este cura les enunciaba antes o después de las torturas que recibían en los centros clandestinos.
Frases como “colaboren” o “si hablan las torturas no serán tan fuertes” pronunciaba el ex capellán para ayudar a sus amigos, Etchecolatz, Camps y Pretti, a sacarles información a los detenidos.
Julio César Miralles atestiguó el jueves 12/7 y declaró que en COT I Martínez este cura apareció reiteradas veces, a cara descubierta y durante el día. El testigo recuerda una frase luego de 30 años: “Esto es por Dios y por la Patria”. Son las palabras latentes de Von Wernich, como los recuerdos morbosos y desgarradores de la dictadura militar que jamás se borrarán y prevalecerán con la bronca y el dolor de las victimas de este “fenómeno”, como lo denominó Julio Miralles al final de su testimonio.
Los 3 testimonios además coincidieron en conocer a Timerman y haber hablado con él en los distintos centros de detención. Éste les comentaba que había hablado varias veces con Von Wernich y le decía siempre lo mismo: “Hablá para que no te peguen más”.
Los testigos recuerdan al ex capellán y no olvidan las palabras que enunciaba, pero tampoco con la impunidad con la que se manejaba y la relación amistosa que tenia con Camps, Etchecolatz y Pretti “los peores de la historia”, como expresó Julio Miralles.

Otro testigo Juan Destefano, declaró el jueves 19/7, donde expresó que 13 veces entró y salió clandestinamente de las comisaría 22ª y 9ª de La Plata. Además manifestó haber estado en los centros COT I Martínez, Puesto Vasco y “el peor de los lugares”, según Destefano, Arana, donde recibió “las peores torturas que un ser puede recibir”.
El testigo reconoció que en Puesto Vasco los visitaba el cura Von Wernich, que era un partícipe más del grupo que torturaba. Así mismo declaró con angustia: “pasaron 30 años, ese fue el fallo de la democracia”.
Al momento de las preguntas, el abogado del acusado se refirió a la clandestinidad y por qué se hacía hincapié en la misma, a lo que el testigo le contestó: “si a usted le vendan los ojos, le atan las manos y lo llevan de un lado a otro durante la noche, sin que nadie supiera nada de nada, y a su vez está detenido-desaparecido durante meses… ¿no es eso clandestinidad?, no sé entonces cómo se denomina eso”.
Ese mismo día declaró Luis Guillermo Taub, quien pidió no ser televisado. El testigo estuvo en el Pozo de Quilmes y el Pozo de Banfield donde tenía que juntar los cuerpos de las criaturas (adolescentes) que amontonaban en los patios como si fueran basura.
Cuando estuvo detenido en COT I Martínez contó un anécdota del 24 y 25 de diciembre, donde los dejaron sin comer durante un día (agrega que no era algo novedoso) con la excusa de prepararlos para la llegada de un invitado especial que resultó ser Christian Federico Von Wernich. Para recibirlo hicieron un asado y luego del agasajo visitó a todos los detenidos a cara descubierta, vestido informal pero con una cruz de plata colgando de su pecho. “Venía como un cura apoyando su tropa”, expresó Taub, y también manifestó que estaba presente durante el desprecio que hacían hacia los judíos como Jacobo Timerman.

Lucas Ibarlucía, Estefania Arana, Sebastián Lavandera, Tania Heit, Laura Fernández Peredo, Juan Bonatto Seoane

Haud Habemus Tutela (No Tenemos Protección)


La re-victimización de los testigos se planteó en el alegato del juicio al genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz. Éste era uno de los argumentos para poder unificar los juicios y evitar el inconveniente que les causaba a las víctimas tener que volver a declarar en cada juicio, con la implicancia de tener que recordar momentos difíciles y dolorosos. Permitir la incorporación por lectura de los testimonios prestados antes del juicio y que estos puedan ser usados para próximos juicios es la finalidad de este planteo.
Con la desaparición de López el día 18 de septiembre de 2006, se declaró una amenaza abierta, no a los testigos, sino a los juicios por la verdad; las amenazas no hay que tomarlas en forma simplista, de manera que solo afectan a los testigos. Le puede pasar a cualquier integrante del campo popular, que viene luchando e impulsando estos juicios.
En este marco son más los testigos que se niegan a declarar debido a lo ocurrido y a la incertidumbre presente con la ausencia de pistas sobre el paradero de Julio López. Otra vez el fantasma de la desaparición vuelve a rondar nuestra sociedad.
Por otro lado, los programas de protección de testigos lanzados desde el Gobierno como el Programa de Protección de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de Alberto Linares, el Programa de Protección de testigos e imputados del Ministerio del Interior y el Programa de Verdad y Justicia, no cumplen su función. En una entrevista con la abogada querellante en el caso Etchecolatz y ahora en el caso Von Wernich, Guadalupe Godoy, nos relata muy bien cómo se manejan estos programas diciendo que “cuando solicitábamos sus servicios, estos se pasaban la bola de uno a otro, sin que ninguno quiera asumir la responsabilidad que implica la protección de un testigo en esta coyuntura y el costo político que implicaría si un testigo sufre algún daño”.
La protección no es a testigos clave ya que no los hay, si no que son pequeñas piezas que logran armar un todo para demostrar el genocidio. Es por eso que la integridad física de los testigos, es imposible de garantizar, cuando las fuerzas de seguridad que deben proveer este servicio, fueron cómplices de las dictaduras en la Argentina, y que hasta hoy no han sido desmanteladas, pudiendo afirmar que el aparato represivo sigue intacto, y más que brindar seguridad, brindan amenazas.
En estas situaciones se llega a la única conclusión posible, en palabras de la abogada querellante, y es que los programas de protección de testigos no van a servir hasta que en la argentina no se acabe un mal que asecha hace muchos años, que es la impunidad.


Lautaro Herrera - Lautaro Bravo

lunes, 16 de julio de 2007

Participá del Diario


Podés colaborar en El diario del juicio a Von Wernich" Si escribís, sacás fotos o querés difundirlo, buscanos en la mesa de la Facultad o escribí a:
diariodeljuicio@gmail.com

Otros medios


Página/12 le dedico la tapa y las dos primeras páginas.

El día anterior hizo lo mismo. Desarrolla el inicio del juicio y lo que fue la jornada destacando el silencio de Von Wernich y las declaraciones del presidente Kirchner respecto al juicio.



Clarín le da un lugar destacado en la tapa con una foto del ex capellán y luego le da la página 16 entera destacando la negativa a declarar, agrega un recuadro con las opiniones de Kirchner y un destacado de algunos de los testigos relevantes como Timerman, Pérez Esquivel y Fernández Meijide.



La Nación también incluye un destacado en tapa con la foto central y luego en el interior desarrolla algunos aspectos del juicio y le da bastante importancia a las pocas declaraciones de Von Wernich sobre sus datos, ingresos y otras preguntas que le respondió al Tribunal.

Refleja los dichos del presidente como los otros diarios.



El Día le da un lugar importante en la tapa con la foto y continúa el desarrollo en página 7 donde además del relato de la jornada, incluye otra nota con respecto a las medidas de seguridad y los integrantes del auditorio. También le da importancia a lo dicho por Néstor Kirchner.


Hábitos ensangrentados

La dictadura es la herramienta que tiene el capitalismo para imponer. El objetivo que tuvo en la Argentina del ’76, fue implementar un nuevo modelo político, económico, social y cultural. Para lograrlo, no sólo se exterminó indiscriminadamente a los que habían levantado una lucha armada, si no también a todos los sectores organizados de la sociedad, que querían impedir la implementación de este modelo. Fue un plan direccionado.
Desde hace mucho tiempo se viene tratando de encontrar una explicación al fenómeno de las dictaduras en la Argentina. Se trata de buscar, los ¿quiénes?, ¿cómo?, ¿por qué? hicieron que se dieran las cosas de esa manera.
Se instauraron dos formas de ver el tema. Uno es a través de la teoría de los dos demonios: que se explica mostrando dos imágenes distintas, dos terrorismos de Estado, uno de izquierda y otro de derecha. El resto de la sociedad queda apartada y no está incluida en estos bandos. Después esta la otra teoría que explica que todas las víctimas y los asesinados, eran inocentes: le podía pasar a cualquiera, por lo tanto, si esto no te pasaba, eras ajeno al problema.
Se ha tratado de juzgar a un par de figuritas, personajes simbólicos, sin tomar a la dictadura en su verdadero sentido: una herramienta corporativa, en la que estaban involucrados personajes de distintos ámbitos que hicieron posible que este plan funcionara.
La condena histórica en el mundo a Etchecolatz por genocida, logra romper con estas teorías. Ir más allá y afirmar que hubo un genocidio, y que fue posible por el apoyo de diferentes sectores para su beneficio. Permite enjuiciar a sectores económicos antes intocables como la Ford, que entregaba autos sin número de motor a los aparatos represivos, los empresarios que marcaban a los líderes sindicales, a la Iglesia que convencía a los familiares de que no hagan la denuncia, los medios de comunicación que ayudaban encubriendo noticias, etc.
El jueves 5 de julio empezó el juicio a una figura de la Iglesia que aprovechando su investidura eclesiástica se creyó impune. El capellán Von Wernich es acusado de 42 secuestros, 31 torturas, 7 homicidios y apropiación de menores. No se intenta poner en cuestionamiento a la fe, si no comprender el papel de cada institución en esta etapa. Su rol activo, su participación e influencia.
En la Argentina hubo un crimen, el genocidio, y una víctima, la sociedad. Es por eso que es necesario seguir con este avance histórico y que la sociedad venza a la impunidad. Una impunidad, que en este juicio tiene cura…

SIN PALABRAS. El genocida Von Wernich se negó a declarar

En el primer día de audiencia el represor se negó a declarar

No hablaréis

En una sala llena, con las Madres en primera fila y donde se pudo ver a representantes de todos los organismos de Derechos Humanos, figuras políticas como la recientemente electa legisladora porteña Patricia Walsh, algunos funcionarios y muchos medios de comunicación nacionales e internacionales, además de una decena de personas que expresaban su apoyo al ex capellán (entre los que se destacaba Cecilia Pando) el Jueves 5 comenzó el juicio a Christian Federico Von Wernich acusado por su participación en 7 homicidios, 31 torturas y 42 privaciones ilegítimas de la libertad durante la última dictadura militar, en el denominado “circuito Camps”


Apenas pasadas las ocho de la mañana comenzaron a llegar a los Tribunales Federales de 8 y 50 los primeros grupos de manifestantes que a medida que se reunían iban colocando sus banderas, pancartas y afiches a lo largo de la valla que rodeaba todo el edificio.

También estaban ya apostados y comenzando los preparativos para cubrir la jornada, una gran cantidad de medios de comunicación con sus móviles.

Con el correr de los minutos y el aumento de gente que se acercaba la calle 8 quedó cortada al tránsito entre 51 y 50, ésta última además, cortada por la policía ya que por allí hizo su ingreso Von Wernich y el grupo que vino a demostrarle su apoyo, entre los cuales destacaba la mediática Cecilia Pando pregonera de la derecha y presidenta de la agrupación Asociación de amigos y familiares de los presos políticos, eufemismo para la organización que defiende a los represores de la dictadura y pugna por la libertad de los que se encuentran detenidos por “luchar en una guerra justa defendiendo a la patria” según les gusta explicar.

Lo que siguió fue la batalla de las acreditaciones: más de una hora de empujones, idas y venidas de una esquina a la otra de querellantes, invitados y periodistas que intentaban ingresar a la sala que contaba con sólo 170 lugares.

Finalmente hacia las diez de la mañana todos los acreditados estaban dentro y se inició la audiencia.

En la calle los militantes seguían las alternativas de lo que ocurría en la sala por teléfonos celulares, mensajes de texto y algunas radios que circulaban.

La Fiscalía a cargo de Carlos Dulau Dumm hizo su acusación, donde se señaló que el ex capellán tuvo: "conspicua intervención en el denominado 'Circuito Camps' de centros clandestinos de detención, torturas y eliminación de personas desplegado desde las estructuras estatales durante la época de la dictadura militar", y que el mismo "concurría asiduamente a algunos de los centros clandestinos del circuito, accedía a las zonas en las que se encontraban ilegalmente privadas de su libertad las víctimas, mantenía contacto directo con ellas e imponía tormentos principalmente psicológicos y morales a los prisioneros".

Y agregó el Fiscal: "(Von Wernich) desplegó una actividad física voluntaria y consciente, dirigida a procurar quebrar la voluntad de las víctimas, obtener información, procurar el silencio de las víctimas y sus familiares, desalentarlos de que buscaran ayuda, y con ello asegurar los fines perseguidos por la dictadura".

Luego de esto intervino la abogada Myriam Bregman una de las integrantes de Justicia Ya, querella unificada que representa a 7 víctimas y familiares, 30 querellantes particulares y 8 organismos de Derechos Humanos, que entre otras cosas dijo que: “Entiende esta querella unificada que resulta imprescindible la adopción de nuevos criterios probatorios, dado que los delitos que aquí se juzgan fueron parte de un proceso más amplio que vivió la Argentina, un plan sistemático, ya probado y cuyas consecuencias planificadas de impunidad alcanzan al día de hoy y tienen como resultado la desaparición de Jorge Julio López”.

Acto seguido el Tribunal presidido por Carlos Rozansky dispuso un cuarto intermedio.

En la calle se mantenía la presencia de los militantes de organismos de derechos humanos, partidos de izquierda y agrupaciones estudiantiles que demostraban su repudio a Von Wernich, lo que quedó claro en la sala de audiencias, ya que el potente sonido dejaba oir los gritos de “Genocida” “asesino” o “Que te perdone dios, nosotros queremos justicia”, a lo que se sumo el constante redoble de tambores y bombos, y los distintos cantitos durante todo el día.

Al regresar del cuarto intermedio fue el turno de Von Wernich de ocupar el banquillo para prestar declaración indagatoria. Tras unas preguntas de rigor, como si tenía estudios, la edad o si tenía algún apodo, por lo cual nos enteramos que le dicen “Queque”, tiene 69 años y el Secundario completo además de los estudios religiosos; se dió lectura a las pruebas y cargos en su contra, luego de lo cual el ex-capellán representado por los abogados Juan Martín Cerolini y Marcelo Peña expresó que: “Por consejo de mi abogado no voy a declarar y no voy a aceptar preguntas” dando paso a la lectura de la prueba incorporada a la causa que incluye la declaración de Von Wernich ante el juez Federal de Primera Instancia Arnaldo Corazza.

Von Wernich: tu silencio es cómplice” se escuchó que gritaban desde la calle antes de que termine la jornada, que continuará el Martes 10 cuando empiecen, a partir de las diez de la mañana, a desfilar los más de 120 testigos citados para declarar en esta causa.

Hacia las cuatro de la tarde la desconcentración se realizó de manera ordenada y tras el vallado azul que rodeaba los Tribunales el silencio se hizo mucho más profundo, haciendose eco quizá de la actitud del ex capellán.

domingo, 15 de julio de 2007

Julio López: Un nuevo allanamiento y ninguna novedad

La semana pasada fue allanado nuevamente el penal de Marcos Paz donde se encuentra alojado Etchecolatz junto a otros represores en busca de pistas por la desaparición de López. Si bien la justicia dice que avanza es inexplicable que a 9 meses aún no se tenga ningún dato, lo cual nos hace preguntar ¿Realmente el Gobierno está preocupado por esclarecer el caso? Hasta ahora no lo demuestra.

El diario del Juicio a VW: Un espacio abierto a tu participación

Este diario (aunque deberíamos decir periódico) surge por un lado porque queremos que la mayor cantidad de gente posible se entere de lo que va sucediendo en este juicio histórico que significa un gran avance en la condena al genocidio ocurrido en nuestro país durante el ‘76 al ‘83, poniendo por primera vez en el banquillo a una persona que no perteneció a las fuerzas represivas, sino a otra institución, lo cual fortalece la idea de que acá no hubo ni guerra sucia, ni dos demonios: lo que hubo fue un genocidio sostenido por el poder político y económico y llevado adelante por las fuerzas militares y policiales, que contó con el acompañamiento de instituciones como la iglesia y muchos de sus representantes, además de empresarios, intelectuales, partidos políticos, sindicalistas y muchísimos otros cómplices. Y a su vez este diario es parte de la necesidad de poner en práctica lo que estudiamos y aprendemos, y lo que queremos ser: comunicadores. Por eso es que te convocamos a que vos también seas parte, escribiendo, investigando, cubriendo el juicio, realizando reportajes, diagramando o de la forma que te parezca mejor.

También podés acercar lo que producís en la cursada, para que no quede sólo en la calificación de un docente, sino que lo puedas mostrar.

Ponete en contacto, buscanos en la mesa o en este mail: diariodeljuicio@gmail.com

Los querellantes: Justicia Ya

Justicia Ya es un colectivo de Organismos de Derechos Humanos que viene actuando desde el juicio a M. O. Etchecolatz y representa a la mayor cantidad de querellantes en este caso.

El Viernes 27 brindaron una conferencia de prensa en el Pasaje Dardo Rocha, donde expresaron que “nos oponemos a que se realice un juicio contra un solo represor, acusándolo de un número limitado de delitos, ya que esto multiplica los esfuerzos y constituye una enorme e injustificada demora en la obtención de justicia. Sostenemos que esta mecánica dilatoria es un aporte más a la impunidad, por eso solicitamos la unificación de causas por genocidio”.

A su vez afirmaron: “Es hora de que el discurso del Gobierno se transforme en hechos: el Procurador General de la Nación Righi debe instruir al fiscal, que es quien representa al Estado en la causa, para que se sume al pedido de que se condene a Von Wernich por genocida. No queremos más palabras. Queremos justicia”.

Comienza el juicio al genocida Von Wernich

El 5 de julio comenzará en La Plata el juicio oral contra el ex capellán de la Policía bonaerense Christian Federico Von Wernich. Está acusado por su participación en 7 homicidios, 42 secuestros y 31 torturas.El Tribunal Oral Federal Nº 1 lo juzgará por su participación en esos delitos cometidos en cinco campos de concentración del denominado "Circuito Camps", durante la última dictadura militar: Arana, la Brigada de Investigaciones y la Comisaría 5º, todos del partido de La Plata, así como "Puesto Vasco" (Bernal), el "Pozo de Quilmes" y el COT 1 de Martínez.



El juicio tendrá una duración estimada de tres meses con audiencias que se desarrollarán los días lunes y jueves a partir del 5 de julio y hasta el 13 de septiembre, en la Sala de Audiencias del 1º piso del edificio de los Tribunales federales de La Plata.


El Tribunal
El Tribunal que juzgará a Von Wernich es el mismo que, encabezado por Carlos Rozanski juzgó y condenó a Miguel Osvaldo Etchecolatz en el marco de Genocidio. El Tribunal que completan Norberto Lorenzo y Horacio Isaurralde ordenó el pasado 4 de mayo que el Cura sea trasladado a una cárcel común, ya que desde el 2003 permanecía en la División Antiterrorista de la Policía Federal.

El curita
Christian Federico Von Wernich, de 69 años fue confesor del ex jefe de la policía bonaerense, Ramón Camps y participó activamente y aprovechando su investidura eclesiástica de los delitos de la dictadura, con la cual acordaba y apoyaba desde su inicio.

El pedido del Fiscal
En la elevación a juicio, el fiscal Sergio Franco sostiene que en su participación en la Dirección General de Investigaciones, Von Wernich “tuvo una conspicua intervención en el denominado ‘circuito Camps’ de centros clandestinos de detención, torturas y eliminación de personas desplegado desde las estructuras estatales durante la época de la dictadura militar”. “Von Wernich concurría asiduamente a algunos de los centros clandestinos del circuito, accedía a las zonas en las que se encontraban ilegalmente privadas de su libertad las víctimas y mantenía contacto directo con ellas”, además, consideró que “realizaba más que considerables aportes para mantener esa situación e imponía tormentos principalmente psicológicos y morales a los prisioneros que, conjugados con las condiciones torturantes de detención y los padecimientos físicos, terminaban por constituir un cuadro decididamente horroroso”.